SÍNTESIS DE LA CHARLA DEL DRA. TERESA TORRALVA
Si usted no puede visualizar o escuchar el video, le adjuntamos la desgrabación de la misma.
"Les voy a hablar sobre resiliencia
en tiempos de crisis. Todos estamos
experimentando en mayor o en menor
medida, el impacto psicológico del
aislamiento obligatorio.
Experimentamos
diversas emociones: ansiedad, decaimiento,
anímico, frustración, estrés y muchas
otras. Estas reacciones son completamente
normales, esperables y humanas en este
contexto. Ahora, qué es lo que hacemos con
estas emociones depende de cada uno de
nosotros.
Una de las maneras de
sobrellevar estas reacciones naturales
a estas épocas complejas y
extraordinarias que estamos viviendo, es
a través del desarrollo de la llamada
resiliencia.
La resiliencia, como concepto, se refiere
a la capacidad y los recursos que tiene
una persona o sociedad de sortear los
obstáculos que se le presentan y salir
fortalecido de esas experiencias. Se
trata de una medida de afrontamiento del
estrés.
Ahora, ¿Qué hace que una persona sea más
resiliente al estrés que otra? ¿Cómo
algunas personas, aparentemente, enfrentan
situaciones de estrés extremo con calma,
mientras que otras presentan como
reacción síntomas de depresión y
ansiedad? ¿Se podrían explicar estas
diferencias desde las neurociencias,
desde el estudio de la estructura o de
la función cerebral? ¿Es entrenable esta
capacidad?
¿Nacemos resilientes o nos hacemos
resilientes?
Estas preguntas han sido formuladas por
científicos sociales durante décadas y
en consecuencia ha surgido una
descripción bastante completa de los
tipos de características emocionales y
de comportamiento que tienen estas
personas altamente resilientes.
Más recientemente, la neurociencia también ha
hecho sus aportes y ha comenzado a
abordar esta cuestión de cómo se traduce
la resiliencia en el cerebro de una persona.
Según algunos autores, las
personas resilientes tienen una serie de
características comunes:
aceptan la realidad de manera
inquebrantable, tienen la habilidad de
adaptarse a los cambios significativos,
son optimistas, tienen un fuerte sistema
de apoyo social y tienen la capacidad de
encontrarle algún propósito o sentido a
la vida, basado en la fe o en la espiritualidad.
Quienes cuenten con esta capacidad
combinada de adaptación, probablemente
tengan una mejor resolución de problemas
capitalizándolos en pos de
una mejor calidad de vida.
Este concepto incluye no sólo la
capacidad para resolver problemas, sino
también, la velocidad en poder lograrlo.
Algunas personas o sociedades son más
lentas y otras son mucho más veloces.
La capacidad de reacción pareciera tener un rol importante también.
Desde el punto de vista cerebral todos
contamos con un circuito que se activa
frente a situaciones emocionales
estresantes. Estos incluyen la corteza
prefrontal, la amígdala, el hipocampo, el
cíngulo anterior y otras estructuras
relacionadas. El punto clave es la
plasticidad que tiene o desarrolla este
circuito cerebral para transformar estas
experiencias emocionales y
capitalizarlas de la mejor manera
posible. Según algunos investigadores, la
corteza prefrontal izquierda es clave
para estos mecanismos de resiliencia,
demostrando que las señales entre la
amígdala (que es el área relacionada
con las emociones) y la corteza
prefrontal (que es el área relacionada
con la planificación, la organización y
la toma de decisiones) determinan la
velocidad en que un cerebro se ha
recuperado en una situación estresante.
Una mayor actividad de la corteza
prefrontal izquierda resulta en una
menor duración de la activación amigdalina.
Estas áreas emocionales lo que se
traduce en más recursos para el proceso
de adaptación y recuperación de la
situación estresante. En conclusión, los
cerebros de las personas más resilientes
apagan o suavizan más rápidamente esta
activación emocional.
Somos o nos convertimos en seres
resilientes, entonces, como siempre, todos
combinados nacemos con ciertas
características, pero el poder del medio
ambiente nos permite desarrollar
habilidades que se instalan y
transforman nuestro cableado cerebral y
nuestra forma de enfrentar la vida. La
resiliencia, entonces, no es un rasgo que
se tiene o no se tiene.
Incluye conductas pensamientos y
acciones que se entrenan.
Ahora algunas de las recomendaciones
prácticas basadas en ciencia, que
entrenadas pueden favorecer la
resiliencia.
- Primero, sea flexible. Esto es
clave, ya que el cambio es parte de
nuestras vidas. Es posible que como
resultado de una situación adversa no
sea posible alcanzar las metas
propuestas, por lo que hay que enfocarse
en otras nuevas.
- Tenga proyectos con
metas realistas, pregúntese acerca de las
cosas que puede lograr hoy, y cuáles son
los pequeños pasos que van en la
dirección hacia dónde quiere ir.
- Enfrente cuanto antes los problemas que
aparecen.
- Tome acciones decisivas. Siempre
es mejor tomar decisiones que ignorar
los problemas a la espera que estos
mágicamente desaparezcan. Aquí es
importante el tiempo. Hágalo rápido.
- Confíe en sí mismo, cultive una visión
positiva de sí mismo para desarrollar la
confianza necesaria para resolver los
problemas. No revise sus pensamientos y
sepa que los mismos impactan en nuestras
emociones y en nuestra conducta. Nada es
insuperable si uno tiene la capacidad de
mirar más allá del presente y considerar
que en el futuro las cosas podrán ser
mejor.
- Sea optimista.
- Ocúpese de sí mismo.
- Presté atención a sus propias
necesidades.
- Involúcrese en actividades
que le generen placer y encuentre
relajantes.
- Haga ejercicio regularmente porque está demostrado que esto impacta positivamente sobre nuestra salud emocional.
- Fortalezca las buenas relaciones con familiares cercanos, amistades y otras
personas importantes en su vida. Sean o no cara a cara. Somos seres sociales y
nuestra red de soporte hace absolutamente la diferencia.
- Construya un futuro con sentido. Muchas investigaciones han demostrado que
quienes viven su vida con algún sentido o propósito en mente, ya sea basada en la
fe o en la espiritualidad, presentan más herramientas para lidiar con el estrés y
tienen una mejor calidad de vida.
La incertidumbre en la que estamos inmersos inmersos nos afecta a todos por
lo que debemos encontrar creativamente diferentes formas de sobreponernos. La
construcción de la resiliencia, que como vimos está en nuestras manos, podría ser
una herramienta para ayudarnos a cada uno de nosotros a transitar de la mejor manera posible estos tiempos tan
excepcionales."
DRA. TERESA TORRALVA
Obtuvo su título de grado en el año 2003 realizando desde entonces diversos cursos de especialización y posgrado relacionados con las Neurociencias Cognitivas y la Neuropsicología. Desde su graduación se ha dedicado primordialmente a la Neuropsicología Clínica y a la Investigación en esta disciplina. Es Directora del Departamento de Neuropsicología de INECO, Directora Ejecutiva de la Fundación INECO, se ha desempeñado como investigadora del Laboratorio de Neuropsicología del INCYT- Fundación INECO, actualmente del Laboratorio de Investigaciones en Neuropsicología y Lenguaje (LINL) – Fundación INECO, y Profesora de Neurociencias de la Universidad Favaloro.
En su carrera dirigió la labor de más de 40 profesionales en las áreas más relevantes de la investigación neuropsicológica así como en su labor clínica. En el 2015 obtuvo su Doctorado en Medicina en la Universidad Favaloro con su trabajo “Aportes de la Neuropsicología al entendimiento de las Funciones del Lóbulo Frontal en pacientes con Demencia Frontotemporal”.
Ha publicado mas de 70 trabajos de investigación referentes a la Neuropsicología, todos en revistas con referato internacional, entre las que se encuentran las prestigiosas revistas Brain y Neuropsychologia. Ha escrito diversos capítulos de libros a nivel nacional e internacional (Cambridge University Press, Oxford University Press) referentes a la Neuropsicología del Lóbulo Frontal, la evaluación de las Funciones Ejecutivas y la descripción de la Demencia Frontotemporal. Recientemente es autora y editora del «Tratado de Neuropsicología Clínica», del libro «Rehabilitación Cognitiva: de la teoría a la práctica clínica» y de «Cerebro Adolescente». Asimismo, ha participado como revisora de diversas Revistas de Neurociencias y Neuropsicología, ha evaluado proyectos de investigación para diferentes departamentos de Ciencia, Tecnología e Innovación, siendo actualmente directora de 4 cursos de posgrado.
Fuente: INECO
BIBLIOTECA CICLO DE CHARLAS INECO
Emociones en pandemia: ¿Por qué nos sentimos así y cómo afecta nuestras decisiones?
Fomentando el bienestar en tiempos de aislamiento.
Estrategias para lograr un sueño reparador durante el aislamiento.
Desgaste emocional en trabajadores de la salud.
¿Cómo comunicarme cuando la persona está ansiosa, deprimida o con problemas cognitivos?
¿Cómo manejo la sobrecarga de información? ¿Qué sirve y qué no?
La construcción de la resiliencia. Una mirada desde las Neurociencias.
El desafío del balance ocupacional en pandemia.
La salud mental del personal de salud en tiempos de aislamiento.
El profesional de la salud, la familia y los adolescentes.