La edad no es el único factor determinante en los
fenómenos que evolucionan en el envejecimiento
de la piel. También participan de este proceso la exposición
solar como factor indiscutible, los factores
ambientales, el tabaco, el alcohol y otras sustancias, la predisposición
genética, el fenotipo cutáneo, la alimentación, y
por supuesto, las enfermedades metabólicas.