En tema Mayor protección para el rostro Reproducir nota El sol es la mayor fuente de energía del planeta, pero así como resulta vital para el desarrollo de los seres vivos, una exposición inadecuada a sus rayos puede provocar daños en la piel como enrojecimiento y ampollas, pigmentación o bronceado y reacciones fotosensibilizantes a medicamentos. Todo el tiempo, a lo largo del año, nuestra piel está expuesta a la radiación solar, por ello los médicos dermatólogos indicamos el uso continuo y adecuado de un fotoprotector solar para realizar nuestras actividades diarias, acentuando el uso cuando hacemos actividad física, estamos en el agua o en lugares de mayor incidencia como la playa, la montaña y la nieve. Resumiendo, los tipos de radiaciones son: UVA De 230 a 400 nm (nanómetros). Llega hasta la dermis profunda. Es el 90% de la radiación solar. Entre otros efectos, produce envejecimiento prematuro. Es constante durante todo el año. UVB De 290 a 320 nm. Llega hasta la epidermis. Es el 5% de la radiación solar. Entre otros efectos, produce quemaduras y envejecimiento cutáneo. Interviene en la síntesis de vitamina D. UVC De 200 a 290 nm. No llega a la superficie terrestre por la capa de ozono (O3). Carcinógena. La intensidad depende de: Altura del sol. Latitud. Nubosidad. Altitud. Capa de O3. Reflexión por la superficie. El daño solar es acumulativo, es decir que toda la radiación que recibimos desde los primeros años de vida se observarán en nuestra piel en las etapas posteriores, por lo que debemos trabajar en su cuidado y prevención desde la infancia. El envejecimiento aparece relacionado con el paso del tiempo (fisiológico). En algunos casos está agravado y/o acelerado por distintos factores internos (enfermedades sistémicas, metabólicas, deshidratación, trastornos psicológicos, estrés, etc.) y otros externos (exposición solar, climas extremos, uso de sustancias irritantes o tóxicas), sin dejar de lado los factores sociales, las carencias económicas, la desnutrición y la soledad, entre otros. Con el paso del tiempo lo que se afecta principalmente es: Adelgazada por efecto de la disminución de capas celulares entre la basal y la córnea. Disminución del contenido hídrico-lipídico. Disminución de melanocitos, queratinocitos y células de Langerhans. Dermis: Disminución de los fibroblastos, mastocitos. Degradación de las fibras colágenas y elásticas. Alteración en la microcirculación y las terminales nerviosas. Disminución del grosor dérmico en un 20%. Hipodermis: Atrofia generalizada de la hipodermis por la disminución del número y función del adipocito. Glándulas: Función reducida por disminución en la producción de andrógenos de las glándulas sudoríparas apócrinas. Reducción en número y función de la producción del sudor por alteración de las glándulas sudoríparas ecrinas. Luego de los 50 años aproximadamente, la disminución en la producción del sebo es del 60%. Otros: Disminución en la cantidad de corpúsculos de Paccini y Meisner. Enlentecimiento del crecimiento de las uñas y pérdida de pelo. La piel más expuesta De todo nuestro cuerpo, el rostro es el que tiene la piel más sensible y delicada ya que está en contacto permanente con el ambiente y, por lo tanto, más allá de las líneas de expresión, es donde primero suelen aparecer las arrugas, las marcas y las manchas. Por ende, si bien toda nuestra epidermis debe estar protegida de los rayos solares, es la cara la que precisa mayor atención. La industria ha modificado la cosmética de los protectores solares faciales para hacer que su uso sea práctico, sencillo y brinden múltiples beneficios. Además de los filtros adecuados para prevenir el daño, la nueva fórmula de Dermaglós FPS50 contiene Silica, que aporta un resultado antibrillo y duradero, Alantoína que fomenta, favorece y acelera el proceso regenerativo de la piel, Vitamina E, reconocida por sus propiedades antioxidantes y antiinflamatorias, Alistin que interviene frente al estrés oxidativo y previene el fotoenvejecimiento, Hydrovance® que promueve una hidratación prolongada e incrementa la elasticidad de la piel sin dejar efecto graso, y Timica® Terra White que aporta color y unifica el tono de la piel. Siempre protegidos Hay evidencia disponible que sostiene que tomar entre cinco y diez minutos diarios de sol, de tres a cinco veces por semana en horarios óptimos, aportan grandes beneficios al organismo, ya que ayudan a la síntesis de vitamina D, fundamental para la mineralización de los huesos y de los dientes. Es por esto que hay personas que temen que el uso de bloqueador solar pueda causar deficiencia de vitamina D, pero lo cierto es que no hay estudios que lo hayan demostrado. Asimismo, cabe recordar que la vitamina D está disponible en alimentos como salmón, huevos, leche, naranjas y en suplementos alimenticios. El uso continuo del protector solar minimiza los daños, a la vez que retarda el fotoenvejecimiento y la aparición de manchas. Tenemos que ser muy conscientes de esto, ya que la exposición a la radiación es permanente, cuando caminamos, vamos a trabajar, almorzamos al aire libre o jugamos con nuestros hijos. Y, como dice la canción, aunque no le veamos el sol siempre está, por lo tanto la protección debe estar presente aún en los días nublados. Los principales componentes de la nueva formulación facial FPS 50 con color, además de los filtros solares, son: Silica: brinda un resultado antibrillo inmediato y duradero. Vitamina E: es un importante antioxidante y antiinflamatorio. Alantoína: su acción queratolítica ayuda a regenerar la piel. Alistin®: interviene en la prevención y reparación del fotoenvejecimiento celular. Hydrovance®: aumenta la elasticidad de la piel. Tímica® Terra White: aporta color a la crema. La tecnología de última generación también está presente con el envase airless, que impide que el aire y el producto entren en contacto entre sí, y a la vez permite una dosificación precisa con una adecuada aplicación en 360 grados. INDICACIONES PARA LA EXPOSICIÓN Y EL USO DEL FOTOPROTECTOR: Verificar que el fotoprotector sea hipoalergénico y que esté testeado dermatológica y oftalmológicamente. El mismo debe cubrir la acción de las radiaciones UVB y UVA preferentemente. Los FPS deben adecuarse al fototipo y biotipo cutáneo, nunca inferior a 30, teniendo en cuenta a las zonas que tienen productos más convenientes, tales como, ojos, labios y zonas pilosas (spray). Debe colocarse 30 minutos antes de exponerse y renovarlo periódicamente, más aún si hay sudoración excesiva o agua. Usarlo todo el año, incluso los días nublados. Mantenerse bajo techo o en la sombra entre las 11 y 16 hs. La exposición debe ser por periodos cortos, y siempre con los cuidados adecuados. No modificar el fotoprotector con el correr del tiempo. Se pueden buscar texturas adecuadas según la zona corporal donde se aplica, pero no se debe modificar el factor ya que la piel es la misma. Usar anteojos, gorras y ropa adecuada. No exponer a niños menores de 1 año ni aplicar FPS en menores de 6 meses. Usar geles post solares y rehidratar la piel con cremas humectantes. Dr. Mónica Maiolino. M.N.86473 - M.P. 444334. Médica Especialista Jerarquizada en Dermatología. Miembro de la Sociedad Argentina de Dermatología. Miembro del Colegio Ibero Latinoamericano de Dermatología. Miembro de Solapso. Revista Conexión Andrómaco N°38; 18-19; (2019) Los artículos aquí publicados están destinados exclusivamente a profesionales de la salud y tienen solo un fin informativo. Los textos referidos a nuestros productos de venta bajo prescripción médica se corresponden a los lineamientos aprobados por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). Laboratorios Andrómaco recomienda acudir a un profesional de la salud calificado ante cualquier inquietud médica. Servicio de Atención al Profesional: 0-800-333-0033 - info@andromaco.com.ar