En tema Longevidad saludable: el nuevo paradigma del cuidado preventivo en salud Reproducir nota Dr. Pablo Carpintero, médico ginecólogo, MN94665, presidente del Colegio Estadounidense de Obstetras y Ginecólogos, sección Argentina; copresidente del Consejo de Sociedades Afiliadas a la Menopausia de la Sociedad Internacional de Menopausia; ex presidente de la Asociación Argentina para el Estudio del Climaterio. Vivimos más años que nunca, pero no necesariamente vivimos mejor. La verdadera revolución del siglo XXI no es sólo alcanzar una mayor esperanza de vida, sino extender los años vividos con salud, vitalidad y autonomía. Este cambio de paradigma —del envejecimiento pasivo a la longevidad saludable— redefine la forma en que abordamos el climaterio y la menopausia, etapas clave en la trayectoria vital de la mujer. La International Menopause Society (IMS) propone un enfoque claro: la medicina del estilo de vida como piedra angular para alcanzar una longevidad saludable. No se trata sólo de prevenir enfermedades, sino de optimizar la función metabólica, cardiovascular, ósea y cognitiva, promoviendo un envejecimiento activo y pleno. En su White Paper 2025, la IMS subraya que los hábitos sostenidos a lo largo de los años tienen un impacto más profundo que cualquier intervención farmacológica aislada. Del control de síntomas a la promoción del bienestar integral Durante décadas, la atención médica a lo largo del climaterio se centró casi exclusivamente en los síntomas: sofocos, insomnio, irritabilidad o sequedad vaginal. Hoy sabemos que esta mirada fragmentada es insuficiente. La medicina del estilo de vida propone una visión más amplia: considerar al climaterio como una oportunidad para intervenir sobre los determinantes de la salud a largo plazo. El cese de la función ovárica produce cambios metabólicos y cardiovasculares que aumentan el riesgo de enfermedad coronaria, obesidad, osteoporosis y deterioro cognitivo. Sin embargo, estos riesgos pueden atenuarse o revertirse mediante modificaciones conductuales sostenidas. Aquí radica la esencia de la longevidad saludable: vivir más y mejor, con menor carga de enfermedad y mayor funcionalidad. LOS SEIS PILARES DE LA MEDICINA DEL ESTILO DE VIDA Según la American College of Lifestyle Medicine y la IMS existen seis pilares fundamentales que determinan la salud y la calidad de vida durante la menopausia y la posmenopausia: 1. Alimentación saludable La evidencia respalda los regímenes alimentarios ricos en vegetales, frutas, legumbres, cereales integrales y grasas saludables. Las dietas de tipo mediterráneo reducen la inflamación sistémica, mejoran el perfil lipídico y disminuyen el riesgo de osteoporosis. En la mujer posmenopáusica, una alimentación equilibrada con aporte adecuado de calcio, vitamina D y proteínas es esencial para preservar la masa muscular y ósea. 2. Actividad física regular La actividad física es considerada una de las terapéuticas más efectivas. La práctica de al menos 150 minutos semanales de ejercicio aeróbico y dos sesiones de fortalecimiento muscular mejora la sensibilidad a la insulina, la función cardiovascular y el bienestar emocional. Además, la actividad física contribuye a reducir los sofocos y a mejorar la autoestima y la imagen corporal. 3. Sueño reparador Dormir bien es una de las intervenciones más subestimadas. La falta de sueño afecta la regulación hormonal, aumenta el cortisol y favorece la ganancia de peso y la resistencia a la insulina. Establecer rutinas de sueño, reducir dispositivos electrónicos y pantallas, y manejar el estrés nocturno son estrategias tan relevantes como cualquier tratamiento farmacológico. 4. Manejo del estrés La mitad de la vida suele coincidir con múltiples exigencias: trabajo, familia, cuidado de mayores, cambios hormonales. El estrés crónico acelera el envejecimiento biológico y agrava los síntomas menopáusicos. La práctica de mindfulness, respiración consciente, yoga o terapia cognitivo-conductual ha demostrado reducir el cortisol y mejorar la calidad de vida. 5. Evitar sustancias tóxicas y hábitos nocivos. El tabaco, el exceso de alcohol y el sedentarismo siguen siendo los principales enemigos de la longevidad saludable. Fumar acelera la pérdida ósea, adelanta la menopausia y aumenta el riesgo cardiovascular. Las intervenciones de cesación tabáquica y el consumo responsable de alcohol son medidas de alto impacto con beneficios inmediatos. 6. Conexión social positiva Mantener vínculos sanos, pertenecer a una comunidad y cultivar relaciones significativas son factores de protección contra la depresión, el deterioro cognitivo y el aislamiento social. La soledad se asocia a mayor mortalidad y enfermedad cardiovascular. Fomentar el apoyo social, el sentido de propósito y la participación activa mejora la salud emocional y prolonga la vida. La transición menopáusica como punto de inflexión El climaterio no debe entenderse como un cierre, sino como una transición biológica hacia una nueva etapa vital. En esta fase el cuerpo se reconfigura y ofrece una oportunidad única para redefinir hábitos. Los cambios en el estilo de vida no sólo alivian síntomas, sino que modifican la trayectoria de salud futura. De hecho, las intervenciones tempranas entre los 45 y 60 años determinan en gran medida la calidad de vida después de los 70. La medicina del estilo de vida propone un modelo más humano, preventivo y participativo. Involucra a la mujer como protagonista activa de su salud, empoderándola para tomar decisiones informadas. Este enfoque no excluye tratamientos farmacológicos o terapia hormonal, sino que los integra en un marco más amplio de bienestar integral. Una nueva cultura del cuidado Hablar de longevidad saludable implica también un cambio cultural. Es reconocer que la salud no se define por la ausencia de enfermedad, sino por la capacidad de adaptarse, disfrutar y mantener la funcionalidad física, mental y social. En la práctica clínica esto exige tiempo para educar, escuchar y acompañar, más allá de prescribir. El desafío para los profesionales de la salud es transformar cada consulta en una oportunidad de prevención y, para las instituciones, generar entornos que faciliten decisiones saludables. La menopausia no es el final de nada; es el inicio de un nuevo ciclo en el que el autocuidado se convierte en la herramienta más poderosa para vivir plenamente. Los artículos aquí publicados están destinados exclusivamente a profesionales de la salud y tienen solo un fin informativo. 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