Gente en acción Dr. Rubén Carloni: el legado de un compromiso humanístico Reproducir nota Médico Tocoginecólogo reconocido en la ciudad de Mar del Plata, nos comparte, junto a su hija María Sol, de igual vocación y profesión, la evolución de la especialidad a través de los métodos diagnósticos en el embarazo. “La tecnología ayuda muchísimo, pero como médico nunca hay que perder el arte semiológico y el compromiso humanístico. Y el que no lo entienda así no puede desarrollar esta carrera”. Su relación con la medicina se gestó durante la infancia. La influencia de su abuela (Gumersinda), de vocación enfermera, lo llevó a familiarizarse con códigos y olores de los pasillos del hospital de Ensenada. Esas vivencias influyeron en su orientación vocacional. Se formó en la Facultad de Ciencias Médicas de La Plata y se recibió de médico a los 22 años. Ni bien obtuvo su título se trasladó a Mar del Plata, su ciudad preferida, y durante el primer año trabajó haciendo guardias dentro del ámbito privado para poder solventar sus gastos. En el año ´84 conoció al Dr. Feldman que lo invitó a postularse en el Hospital Materno Infantil y empezó a asistir como concurrente Ad Honorem. En ese ámbito se relacionó con los doctores Roberto Boldini y Raúl Nico, que son como sus hermanos mayores, y le enseñaron a apreciar la rama obstétrica de la ginecología. De manera que cuando pudo hacer la residencia, lo hizo en esa especialidad. Trayectoria profesional En sus primeros años trabajó como concurrente Ad Honorem y completó los cuatro años de residencia en tocoginecología. Luego asumió como jefe de residentes de obstetricia y, más tarde, pasó a planta permanente. Con el tiempo decidió volcarse a la práctica privada. Su especialización en embarazos de alto riesgo se desarrolló de manera gradual. En sus comienzos, el enfoque estaba centrado en la salud materna, pero con la introducción de las ecografías, empezó a estudiar también la salud fetal. “Hasta ese momento, el bebé solo cobraba protagonismo en el parto; era simplemente el objeto del trabajo de parto o la cesárea. Con las ecografías, pasó a ser considerado un sujeto y un paciente antes de su nacimiento”, explica. Avances tecnológicos y su impacto “Antes de la ecografía era el neonatólogo quien informaba sobre la salud del bebé al momento de su nacimiento. Hoy, gracias a las nuevas tecnologías, podemos realizar diagnósticos intrauterinos que nos permiten intervenir desde el embarazo para ofrecer tratamientos y recomendaciones, tanto en hospitales de baja como de alta complejidad” y definir dónde debe nacer ese bebé, ya que no hay mejor incubadora que el vientre materno, señala el Dr. Carloni. Uno de los avances más relevantes es la capacidad de realizar estudios diagnósticos desde la semana 12 sobre anomalías cromosómicas a través de punciones con aguja fina como la punción de vellosidades coriónicas - sobre la placenta - ; la amniocentesis - extracción de líquido amniótico- ; o la cordocentesis - punción de la vena umbilical del cordón. Además, entre las semanas 11 y 14 se puede realizar un screening para detectar anomalías en el bebé, utilizando un software que analiza diversos marcadores biológicos, antropométricos, ecográficos (translucencia nucal, hueso nasal, ducto venoso, regurgitación de la válvula tricúspide en el corazón del embrión) y parámetros bioquímicos que son el dosaje de la unidad Beta hCG Libre y PAPP-A. Esto permite identificar posibles trastornos cromosómicos, disfunción placentaria o trastornos de crecimiento fetal. El Dr. Carloni destaca que, dependiendo de los resultados, se pueden tomar medidas para mejorar la salud del bebé, como la recomendación de ácido acetilsalicílico. Otro de los avances logrados fue la posibilidad de realizar tratamientos en embarazos dobles monocoriales, cuando dos bebés comparten la misma placenta. Mediante una fetoscopia y el uso de láser, se puede proceder a la coagulación de anastomosis vasculares placentarias. Además, se ha logrado tratar a los bebés afectados por mielomeningocele, quienes pueden ser operados intraútero, obteniendo mejores resultados que con la cirugía realizada después del nacimiento. El arte obstétrico y el compromiso humanístico A pesar de los avances tecnológicos, el Dr. Carloni enfatiza la importancia de no perder de vista el arte de la medicina y el trato humano hacia la paciente, sobre todo en la contención de sus miedos cuando se deben dar malas noticias. “La tecnología ayuda enormemente, pero nunca debemos olvidar el arte obstétrico ni el compromiso humanístico. Quien no lo entienda, no podrá desarrollarse en esta carrera”, subraya. Su equipo, que incluye a su hija, realiza diagnósticos ecográficos e intervenciones materno fetales mínimamente invasivas, en la Clínica Colón, el Instituto Radiológico y el Hospital Don Victorio Tetamanti, todos en Mar del Plata. El legado familiar en la medicina La medicina ha calado hondo en la familia Carloni; tanto que dos de sus hijos han seguido sus pasos. Facundo, se especializó en ortopedia y traumatología, específicamente en pierna y pie; y María Sol, en tocoginecología. Al respecto, la Dra. Carloni, ex fellowship en medicina materno fetal del Hospital Italiano de Buenos Aires, agrega durante la entrevista: "El diagnóstico prenatal proporciona pautas claves al equipo médico en el seguimiento del embarazo, la planificación del parto y la recepción del recién nacido." Un desafío: el acretismo placentario El Dr. Carloni recuerda que, en sus primeros años, el acretismo placentario representaba un gran desafío, ya que no se podía diagnosticar antes del parto. “En mis inicios tuvimos que enfrentarnos a casos de acretismo sin un diagnóstico previo. Hoy, gracias a las ecografías, podemos detectar esta patología antes del nacimiento y tomar medidas para reducir la morbimortalidad materna y fetal”, detalla. La Dra. María Sol Carloni también comparte su experiencia sobre este desafío: “La obstetricia es una especialidad gratificante, pero cuando una paciente entra en trabajo de parto con sangrado no hay tiempo que perder. En mi corta carrera me enfrenté a un caso de acretismo placentario con una cesárea previa y rotura uterina. A pesar de la tecnología hay situaciones que requieren de una resolución rápida. La obstetricia es muy bella, pero las complicaciones son graves”. Partos en domicilio: un enfoque cambiado El Dr. Carloni también reflexiona sobre su experiencia con partos domiciliarios. “En la década del ´90, realicé dos partos en domicilio. No lo volvería a hacer nunca más. Desde que el parto se institucionalizó, las muertes maternas y fetales han disminuido, así como las complicaciones neonatales. La tecnología es un avance y no podemos ir en contra de ella”, afirma. La obstetricia, una especialidad compleja y maravillosa La obstetricia es una especialidad que combina el arte y la ciencia, llena de momentos de alegría y, a veces, de desafíos impredecibles. “Presenciar un nacimiento es algo hermoso, pero también se enfrenta a complicaciones que requieren de preparación y una rápida intervención”, concluye el Dr. Rubén Carloni. SOBRE EL TRABAJO INDIVIDUAL Y EL TRABAJO EN EQUIPO Dr. Rubén Carloni Un servicio de obstetricia moderna no puede dejar de ofrecer una buena atención en dos aspectos: 1. El aspecto científico-médico, es decir, en términos simples, el buen control de la madre y el bebé. 2. El aspecto referido a la contención de la persona, con sus características propias e irrepetibles, a saber: su historia, temperamento, miedos y expectativas individuales. Este último ítem, si bien es necesario en todo acto médico, es fundamental en nuestra especialidad, ya que el embarazo, el nacimiento y el puerperio son situaciones vitales críticas, no porque terminen mal, sino por el gran compromiso emocional que representan para la embarazada, la parturienta y la puérpera. Desde el punto de vista del control de la madre y el bebé, los obstetras hoy en día están en mejores condiciones que hace años. Esto se debe a la posibilidad de contar con recursos técnicos que, cuando se utilizan correctamente, permiten prever complicaciones, que en el pasado, cuando esto no era posible, tenían grandes consecuencias para la madre, el bebé o ambos. Ahora bien, para la utilización de estos recursos, que han logrado la disminución del sufrimiento fetal en el embarazo y/o nacimiento, se debe trabajar con un orden solo posible a través de la atención grupal. Esto permite que quien controle un trabajo de parto lo haga a tiempo completo, con tecnología muy sensible, aplicada con la frecuencia que la buena atención exige para evitar las mencionadas complicaciones. Por otra parte, el grupo no solo deberá ponerse de acuerdo en cuanto al mejor control de la paciente, sino que también deberá estar formado por obstetras que tomen en consideración el aspecto de contención humana que cada paciente necesita. Es decir, deben compartir una actitud frente al embarazo, el nacimiento y el puerperio que podríamos sintetizar como respetuosa: respeto por el protagonismo de la pareja, respeto por los ritmos biológicos y personales de cada parturienta, en un marco de rigurosa vigilancia de la salud de la madre y su bebé. Galería de fotos Los artículos aquí publicados están destinados exclusivamente a profesionales de la salud y tienen solo un fin informativo. 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