La inclusión de robots en ámbitos humanos suele generar tanto fascinación como incertidumbre. La sustitución de la inteligencia y la mano del hombre son uno de los grandes temores que sobrevuelan el imaginario colectivo. Pero la cirugía robótica, para citar un ejemplo de los avances que nos provocan admiración en la actualidad, no llegó a la medicina para reemplazar al cirujano, sino para proveerle una herramienta quirúrgica y una técnica que le permitan llevar adelante cirugías mínimamente invasivas, súper precisas, con amplios beneficios para el paciente y para el profesional.