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Homenaje

En memoria del Maestro de la Medicina Argentina, Dr. Miguel Larguía

Es nuestro deseo homenajear al Maestro de la Medicina Argentina, Dr. Miguel Larguía. Doctor y Académico, referente de generaciones de neonatólogos y de diversas instituciones, pero por sobre todo de su querida Maternidad Ramón Sardá. Dejamos en manos del Dr. Claudio Solana, discípulo del doctor, una justa semblanza de su figura. 

 


Fuente: Funlarguía


Semblanza leída en el Homenaje realizado con motivo de los 55 años del Servicio de Neonatología de la Maternidad Sardá. 

  

Hay personas que nunca desaparecen, estén físicamente entre nosotros o no, manteniendo una presencia permanente. Son esas personas que tienen una luz propia tan intensa que ilumina el camino de todos los demás. Así es y será Miguel. Una mente brillante. Figura sobresaliente de un grupo de extraordinarios médicos pediatras que desde el Hospital de Niños ¨Ricardo Gutierrez¨, desembarca en la Maternidad Sardá en el año 1968, para crear el servicio de recién nacidos, hasta ese momento inexistente.

Desde allí, en forma casi autodidacta, se convierten en ¨neonatólogos¨ y crean una escuela por la cual han pasado innumerable cantidad de médicos en su búsqueda de aprendizaje y que se han diseminado por todo el país e incluso el exterior, siendo una permanente referencia.

La alimentación precoz y progresiva con calostro de su propia madre, concepto temerario para su época en la atención de los recién nacidos prematuros. La apertura de la Residencia para Madres en 1983, el contacto piel a piel prolongado madre/padre hijo, el ingreso irrestricto de madres las 24 horas al servicio, la inclusión de la familia ampliada (hermanos, abuelos) y otros aspectos como estos, fueron forjando lo que concluyó en su modelo de maternidades centradas en la familia, trabajado y perfeccionado en el tiempo, sumando más recientemente el concepto de seguridad e interculturalidad, para ponerle la frutilla al postre. Modelo que trasciende incluso a la neonatología y la obstetricia y que hoy en día es esgrimido mundialmente como un derecho inalienable en la atención perinatal.

Luchador incansable por el hospital público, sin abandonar su actividad privada. Siempre lo escuché decir: la medicina no es una controversia entre pública y privada, sino entre buena o mala medicina, la regular siempre es mala.

Maestro de la Medicina, Premio Konex, Funcionario Sobresaliente, Académico de número y tantos otros reconocimientos y premios que no es posible enumerar han marcado su trayectoria profesional, pero para Miguel el premio mayor siempre fue el agradecimiento de los padres de sus pacientes. Nada extraño habiendo tenido como maestros figuras de la talla de los Dres. Florencio Escardó y Carlos Gianantonio.

No puedo finalizar sin recordar sus cualidades como docente. Quienes tuvimos la suerte de compartir con Miguel el trabajo diario, no podemos dejar de sentir en este momento un enorme vacío.

La tristeza por su ausencia material se contrasta con la alegría de haberlo conocido, por sus enseñanzas, por su legado y porque nos hizo a todos mejores médicos y personas, tan solo tratando de emular su ejemplo.

Miguel sigue y seguirá entre nosotros, pero más aún dentro nuestro.

Personalmente, quiero expresar mis sentidas condolencias a su esposa y familia.

¡¡¡Gracias Maestro!!!

Dr. Claudio Solana
Jefe de División Neonatología Maternidad Sardá.
Jefe del Servicio de Neonatología, Hospital Alemán.

Son muchos los profesionales que decidieron homenajear al Dr. Larguía. Adjuntamos también, la carta del Dr en psicología Ricardo Rodulfo.

This fell subject, death” o bien nos viene a buscar o nos arrebata los seres más queridos y valiosos. Tal el caso de la muy reciente desaparición del Dr. Larguía, una de las grandes figuras de la pediatría de nuestro país, un país que se ha destacado repetidamente por el talento la capacidad y la creatividad de muchos de sus pediatras. La muerte lo sorprendió en pleno desarrollo de su capacidad intelectual y profesional siendo nuestro único consuelo el que le evitara pasar por alguna cruel enfermedad. 

Heredero de esa tradición a la que acabamos de hacer referencia, cuyos dos antecedentes inmediatos son su propio padre y Carlos Arturo Gianantonio su trabajo se destacó en varios planos simultáneos: una renovación profunda de criterios clínicos perimidos, como aquellos que dejaban a un niño internado en soledad, sin la presencia de sus seres queridos. Eso se terminó definitivamente con él. Como solía decir “los padres no pueden ser las visitas del hijo”.

En segundo lugar una decidida militancia que lo llevo a ser de la experiencia del nacimiento una verdadera experiencia preparatoria de lanzamiento de la vida subjetiva, desterrando practicas que sometían al bebe a protocolos técnicos inadecuados y mecanicistas. En lugar de eso el respeto por la vida humana desde el nacimiento campeó a lo largo de toda su práctica. Asimismo, en otro orden de cosas, sus conocimientos profundos de las condiciones de la terapia intensiva unidos a su fino conocimiento de los procesos respiratorios más sutiles y complejos le hizo posible salvar muchas vidas, y a toda edad.

Se detecta en este conjunto de rasgos una obstinada preocupación por la ética del médico y del pediatra, una ética que lo llevo a trabajar mucho en la ACADEMIA DE MEDICINA, alzándose contra la prolongación de la vida en condiciones indignas para una subjetividad, lo que puso a prueba en sus propias decisiones acerca de si mismo, ya que dejo expresamente prohibidas ese tipo de intervenciones que lo único que hacen es prolongar inútilmente nuestra existencia: Él quería morir en su casa y que bueno se dio ese gusto. Nos tienta decir que la naturaleza lo premió llevándoselo mientras dormía, sin sufrir dolor alguno.

Esta es solo una puntuación brevísima del contenido de esta gran figura de nuestra medicina: siempre estuvo a la vanguardia, allí donde se trataba de pensar lo nuevo y remover condiciones anacrónicas de trabajo. Es sugestivo que, si bien tuvo muchos hijos, ninguno siguió sus pasos, pero esto fue largamente compensado por muchísimos discípulos de alta calidad formados a su vera, además de ser alguien sumamente querido en nuestro medio profesional.

Ricardo Rodulfo,
Dr. en Psicología

Ricardo Rodulfo (Buenos Aires, Argentina) es Profesor Nacional de Música. Doctor en Psicología por la Universidad del Salvador. Psicoanalista. Desde 2008 es Profesor Consulto de la Facultad de Psicología de la Universidad de Buenos Aires, donde dirige una Carrera de Especialización en Infancia y Niñez.

 Artículos relacionados:

Miguel Larguía, Ayudar a los que cuidan. Revista Conexión N°2. Año 2007

Al Dr. Larguía lo sucede su fundación que seguirá trabajando por la neonatología argentina.

FUNLARGUÍA

 


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