Tandil, una ciudad para almas inquietas

Sobre una de las sierras más antiguas del planeta se erige Tandil, una ciudad orgullosa de ofrecer paz natural, historia, vistas panorámicas, turismo aventura y una amplia oferta gastronómica.

Con 145mil habitantes y una marcada preferencia por los deportes y la vida al aire libre, Tandil invita a disfrutar de una gran variedad de actividades para todos los gustos. Agua, tierra, aire, cada elemento de la naturaleza brinda una oportunidad para deleitarse con el paisaje tandilense. Trekking y cabalgatas por senderos serranos, atardeceres en escenarios naturales, canotaje, mountain bike, escalada, rappel, aerosillas y vuelos de bautismo son algunas de las variadas propuestas para los más inquietos.

Es recomendable, para quienes visitan Tandil por primera vez, realizar un city tour con guías que los adentran por recorridos históricos, culturales y religiosos, donde se informa del origen del lugar, costumbres, leyendas y tradiciones. Con ellos, el turista también podrá introducirse en los circuitos gastronómicos, que ofrecen tanto locales de comidas tradicionales de campo como de restoranes gourmet y, por supuesto, de establecimientos productores de la gran variedad de quesos y chacinados que hacen famosa a Tandil. Incluso es recomendable salir de la ciudad y visitar sus jóvenes viñedos.

La cultura está muy presente con monumentos que representan arcos tan variados como artistas, próceres, trabajadores e íconos religiosos. El Cristo de las sierras, Don Quijote, San Martín, los Picapedreros, el Fundidor, Raúl Alfonsín, los desaparecidos, Pappo y Facundo Cabral tienen sus esculturas en diferentes espacios de la localidad.

El Monte Calvario tandilense es uno de los grandes protagonistas del turismo religioso. Su Vía Crucis se encuentra a la izquierda de la escalinata principal y a metros de la Capilla Santa Gemma, una pequeña y bella edificación que guarda una réplica de la Virgen de Lourdes y donde se brindan conciertos corales.

A pura adrenalina

Entre piedras, cerros y canteras, el Valle del Picapedrero invita a las familias a ponerle el cuerpo a la aventura. Troncos, puentes colgantes, tirolesas, escaladas, rapel, existen desafíos para todas las edades con las medidas de seguridad necesarias.

A cinco minutos de la ciudad de Tandil, el Valle del Picapedrero es un parque de aventuras de 24 hectáreas inmerso en la historia reciente. Ubicado sobre las laderas del cerro Aurora, su nombre es un homenaje a los antiguos picapedreros que allí hacían su labor a principios del siglo XX y que dejaron como legado sus cavas de piedra. De ahí se obtuvieron adoquines, cordones y otros cortes para la construcción que aportaron al progreso urbano de la provincia de Buenos Aires y a engalanar a la Capital Federal para el festejo del centenario de la independencia de la patria. Aquel paisaje transformado por hombres aguerridos a base de esfuerzo y herramientas, dejaron, sin proponérselo, el escenario de paredes abruptas y cavas perfecto para escalar y adentrarse en la aventura en pleno siglo XXI.

La piedra movediza

Uno de los atractivos centrales de los paseos serranos es la famosa Piedra Movediza y su historia, en el cerro del mismo nombre. La que hoy se observa es una réplica que se instaló en 2007 para luego conformarse el actual Parque Lítico La Movediza. La roca original, de unas 300 toneladas, se encuentra a los pies del cerro, partida en tres grandes pedazos.

Durante milenios, esa enorme piedra se mantuvo en el borde de la cima del cerro, apenas apoyada sobre un vértice redondeado. Ese original equilibrio natural la convirtió en un gran atractivo turístico y en símbolo de la ciudad que se erige a su alrededor.

Tan exótica era esa roca equilibrista que hasta parece haber elegido ella misma la fecha para dar por finalizada su acrobacia espectacular. En pleno año bisiesto, la tarde del jueves 29 de febrero de 1912, dejó de pendular para caer, sin testigos a la vista, a los pies del cerro que tanto tiempo la sostuvo.

Cerro Centinela

Sin moverse pero manteniéndose en equilibrio sobre una pequeña base, una piedra se yergue sobre otra como si fuera un menhir de pie. Las leyendas urbanas cuentan que la piedra guarda en su interior al último vigía indio que tenía estas sierras y, como ante la llegada del hombre blanco se resistió a marcharse, quedó petrificado frente a la ciudad de Tandil, llamada en ese entonces Fuerte Independencia. De ahí su nombre, el Centinela.

Otro de los grandes atractivos del cerro es la aerosilla. Un recorrido aéreo de poco más de 1200 metros permite al visitante observar desde arriba pinares, cavas de antiguas canteras, lagos con peces de colores y por supuesto todo el sistema serrano correspondiente al sistema de Tandilia.

Postales de ensueño

Inaugurado en 1923, en pleno centenario de Tandil, el parque Independencia es el lugar donde la ciudad realiza sus festejos fundacionales y también el que da cobijo a eventos artísticos y expresivos. Da la bienvenida a este espacio verde público un imponente arco de granito de estilo romántico renacentista, edificio que le regaló la comunidad italiana a la ciudad. En la cima del parque, que se puede acceder en auto o por las escalinatas de piedra rodeadas por árboles como cedros, pinos, eucaliptos, tipas y acacias, se observa una vista privilegiada de la ciudad y todo su entorno. Allí se encuentra el Castillo Morisco, otra hermosa edificación donada por otra comunidad agradecida: la española. Allí funciona un restoran-bar desde el que se puede apreciar todo el paisaje en las diferentes tonalidades que brinda la luz del día.

Lago y Dique del Fuerte

Inaugurado en 1962, el Dique es una obra hidráulica cuyo fin es evitar las inundaciones y contrarrestar los excedentes del arroyo Langueyú. Esta obra, tan útil y preventiva, resulta uno de los mayores atractivos del lugar tanto por sus paisajes como por sus posibilidades recreativas. Paseo casi tradicional para los propios tandilenses, dentro del lago se practica kayak, remo, vela y pesca deportiva. En el centro de este espejo, un géiser oxigena el agua y hace más encantador al paisaje.

Turismo rural

Cada vez más solicitado, el turismo rural es un atractivo creciente en Tandil. Se pueden realizar visitas guiadas en el día a pequeños predios, estancias o parajes que quedan alejados entre unos 20 y 80 kilómetros de la ciudad. En esos lugares de escasos habitantes se pueden apreciar viejos almacenes de campo con sus tradiciones y costumbres.

Son ideales para conocer productores de la zona, degustar productos regionales y apreciar el valor del trabajo y la riqueza agrícola ganadera del lugar. Una nueva propuesta turística es la permacultura, una experiencia ecológica en la que se trata de restaurar el daño causado por la actividad humana en los sistemas naturales, mientras se gestionan los recursos de manera sostenible para beneficio de la comunidad y la naturaleza.

DATOS ÚTILES

Web oficial: Tandil.tur.ar

Dirección de Turismo de Tandil: Av. Espora 1120 (7000). Tel: 249-4432073

Valle del Picapedrero: Av. San Gabriel y Lima, (pasar debajo del puente colgante hasta el final del camino.)

Información y reservas: 249 434 0227.

Mail: info@valledelpicapedrero.com.

Sitio web: valledelpicapedrero.com.ar

Complejo Cerro el Centinela:

Av. Avellaneda 1762 (7000).

Tel: 249 444 8933

Cel: 249 463 1510

Abierto todos los días desde las 9:30 hasta el anochecer.

La mejor apuesta

Con una valija, pocos objetos y mucha esperanza, Horacio Sánchez se radicó en Tandil en marzo de 1998. Tenía 28 años y un futuro promisorio. Atrás había quedado su Ingeniero White natal y la ciudad de Mar del Plata, donde trabajó como APM en una compañía multinacional de alimentos. “Me llamaron de Andrómaco para cubrir Tandil y no lo pensé dos veces, es el laboratorio en el que prácticamente todos los APM aspiramos a trabajar”, cuenta Horacio. Su ingreso a Andrómaco coincidió con el lanzamiento de una línea que ya es clásica. “Cuando entré salió al mercado Dermaglós belleza con una crema y emulsión de día y crema de noche. Fue muy bien recibida, la marca Dermaglós ya era muy apreciada por los médicos. En mis 25 años de trayectoria soy testigo del crecimiento exponencial de Dermaglós belleza, que ahora ofrece también la línea para hombres”, expresa con satisfacción. Horacio Sánchez pertenece al equipo Regional Sur que cubre desde Mar del Plata, hasta Comodoro Rivadavia y Neuquén. Liderado por Nelson Morresi, sus compañeros son: Maricel Maffioni, Juan Carlos Greco, Luis Ríos, Pablo Hardcastle, Rodrigo Calderón, Nicolás Lucero, Adrián Scabuzzo, Fabio Ranilla, Fernando Marchesi y Lorena Iribarren. “Soy responsable de Andrómaco en el centro de la provincia de Buenos Aires. Cubro todas las especialidades. Además de Tandil, todos los meses hago giras de tres días y medio en Azul y cinco en Olavarría. Con los médicos y farmacéuticos ya nos conocemos de toda la vida, es un placer ir a visitarlos, tengo uno de los trabajos más lindos del mundo”, afirma con alegría. En Tandil, Horacio conoció a Julieta, la mujer de su vida. Juntos tuvieron a Lucía, hoy de 13 años, y a Ana Clara, que pronto tendrá su fiesta de 15. “Con Julieta nos casamos en 2018, después de haber sido padres y de 10 años de convivencia, reforzamos nuestro amor en el registro civil”. Ana Clara, Lucía y Martín -el hijo de Julieta que ahora estudia periodismo en Buenos Aires-, presenciaron y aplaudieron la ceremonia. Y, para festejar tanto amor, se fueron a Disney en familia. Profesora de química y biología, Julieta es directora de una secundaria rural. “La docencia es su vida. Hace muchos años que viaja 30 km todos los días para ejercer su profesión”, explica Horacio con orgullo. Pareja de deportistas, cuando se conocieron salían a correr juntos; hoy hacen caminatas y van al gimnasio. Sus hijas tomaron la posta: “las dos juegan al fútbol en Independiente de Tandil. Les encanta”. Aquella mudanza solitaria de Mar del Plata a Tandil fue para Horacio la mejor apuesta de su vida. Además de haber formado familia en esta ciudad verde y muy atractiva, está muy agradecido al Laboratorio. “Andrómaco es una gran empresa para trabajar, es un laboratorio pujante que siempre saca productos nuevos que son muy bien recibidos en los consultorios. Además, el trato es muy humano, mis compañeros de la regional son muy buena gente y el ambiente de trabajo es muy agradable. A esto se agrega que Tandil es una ciudad muy linda, ni grande ni chica, segura, con un nivel de vida interesante que no está lejos de Buenos Aires ni de la costa. Es ideal para criar chicos”. Las esperanzas de aquel joven de 28 años fueron cumplidas con creces.

 

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