En una época en que la mortalidad infantil en Chile superaba el 70% y esto a nadie parecía llamarle la atención pues “siempre había sido así”, el doctor Fernando Monckeberg se sintió llamado a cambiar esa injusta realidad. Durante treinta años luchó por mejorar la salud infantil de la población chilena, erradicando la desnutrición y cambiando la cultura del país