Un hombre íntegro que dirigió su vocación al servicio de los enfermos, especialmente a los enfermos de lepra. A través de la investigación y la formación permanente buscó el mejor tratamiento para sus pacientes. Trabajó para derribar los prejuicios hacia las personas con esta patología. Gran maestro, supo promover las potencialidades de sus discípulos. Para rendirle homenaje a un mentor de la medicina argentina, conversamos con el Dr. Raúl Valdez, discípulo del Dr. Baliña.