Hijo de inmigrantes gallegos, el Dr. Eduardo López
es el primer argentino de su familia y también el
primero en obtener un título universitario, junto a un
primo contador. Casado con Ada, padre de cinco hijos
y abuelo de nueve nietos, cuenta su historia como
un ejemplo más de una generación de inmigrantes
que desembarcó, logró establecerse y progresar en
nuestro país. Hoy, con más de 50 años de trabajo en el Hospital de
Niños Dr. Ricardo Gutiérrez ocupa el más alto cargo
de carrera en dicha institución. Además, conforma
desde el inicio de la pandemia, el grupo asesor del
Gobierno para combatir la COVID-19.
Aunque en un comienzo pensó en el sacerdocio y
luego en la abogacía, la vocación por la medicina
pudo más. Ingresó al finalizar el bachillerato, en
el camino cumplió con el servicio militar obligatorio de dos años y se recibió en la Universidad de Buenos
Aires con tan solo 24 años.
Mientras estudiaba trabajó en la Cátedra de Microbiología,
en la que llegó a ser jefe de trabajos prácticos. Se desempeñó durante un tiempo en el Hospital Muñiz dedicado a la
infectología y, como se inclinó por la pediatría, se pasó en
1971 al Hospital de Niños Dr. Ricardo Gutiérrez de donde
nunca más se fue. Allí comenzó como residente, luego jefe
de residentes, instructor de residentes, médico de planta
hasta transformarse en el jefe del departamento de medicina, cargo que ocupa hace 15 años.
En 1987, tuvo un breve impasse para terminar su formación en la Universidad de Texas, Estados Unidos, con “un
grupo espectacular” de colegas. Y si bien se le presentó la
posibilidad de quedarse a trabajar en el extranjero volvió
con una beca de U$50.000 de una fundación de origen
mormón. El plan Bonex prácticamente licuó el monto en la
transferencia. Aun así, siguió con la idea que se había propuesto con esos fondos: darle al Gutiérrez una Infectología Pediátrica moderna. Armó un laboratorio de la especialidad que hoy en día sigue prestando servicios a diversas
unidades del hospital, inclusive a otras instituciones sanitarias, y lleva adelante diferentes líneas de investigación.
Además, hacen docencia y ya llevan formados a más de
100 fellows de muchos países latinoamericanos que rotan
por todas las áreas de la infectología.
También lograron abrir los Consultorios Externos en donde
los pacientes y sus familiares son atendidos con la misma
comodidad que en una institución privada. Además, con
mucho esfuerzo, un equipo de profesionales consiguió que
la Unidad de Infectología disponga de habitaciones individuales con baño y un sillón cama para las madres. De esa
manera, tanto los pacientes oncológicos inmunodeprimidos como aquellos que padecen internaciones que requieren aislamiento pueden estar en un ambiente tranquilo.
“A lo largo de estos años, también obtuvimos una beca de
la Fundación Rockefeller para transferencia de tecnología,
así que durante dos años y medio viajé a EEUU con el fin de
aprender técnicas nuevas para luego enseñarlas aquí. Mi
proyecto de vida asistencial y académica está acá. Integro
el grupo de profesores de Vacunología de la Facultad de
Medicina USAL, que es única en Sudamérica”.
Hacer política para lograr una mejor salud pública
Con respecto a la salud pública sostiene que hay que hacer política para mejorarla. “Cuando el presupuesto viene
del Poder Ejecutivo o del Poder Legislativo, hay que hacer
política. Argentina tiene que repensar su salud pública.
Mire qué interesante, a los hospitales públicos no se les
permite competir. Sin embargo, los mismos profesionales
que atienden en el hospital público por la mañana son los
que atienden en las instituciones privadas por la tarde. El
hospital tiene que atender 8 horas, mejorar sus edificios y
dejarlo competir”.
“Argentina cuenta con un buen sistema de salud, pero se
puede mejorar. Hacerla más sólida como en España y Francia”, continúa. “Porque, primero y principal, es insustituible. Hay un 40% de la población que solo puede acceder a
la salud pública. Una buena salud pública es una inversión
y no un gasto, como piensan algunos economistas, un error
conceptual para mí”.
“Como ejemplo, podemos citar su papel desde el inicio de
la pandemia, donde los establecimientos públicos fueron
esenciales. Obviamente, con las asimetrías de algunos distritos, como en el caso de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires que dispone de 33 hospitales en un radio muy chico;
sistema que trabajó a pleno durante el pico de contagios”.
COVID en 2022
Como miembro del COE, Comité de Expertos, tanto a nivel
nacional como en la ciudad, tiene un rol muy desafiante
frente a la pandemia por Covid-19. Al igual que el resto de
mundo, se fue informando a medida que la pandemia se
fue expandiendo. Y en el vértigo de las olas que incrementaban los casos, tuvo que, junto al resto del cuerpo asesor,
aconsejar y difundir los lineamientos de la cuarentena y
los planes de vacunación. “La cuarentena exageradamente
larga y tediosa sirvió para que el sistema de salud se equipara y capacitara. La inversión en equipamiento, respiradores, capacitaciones y hasta pruebas de diagnóstico fue
muy grande”, detalla.
El manejo de los medios de comunicación durante el auge de la pandemia fue esencial para guiar a la población en la manera de cuidarse. Desde la prevención hasta la sintomatología para detectar la enfermedad. Pero, también generó lo que el Dr. López define como una infodemia. El exceso y la ansiedad por comunicar aportó mucha confusión y desinformación, lo que sembró incertidumbre por las vacunas e incluso propulsó el uso de medicamentos que, con el correr del tiempo, se terminó comprobando que no servían.
“Las vacunas son necesarias. El hecho de que hayan sido producidas en tan poco tiempo hace que no cubran todas las mutaciones, pero sin dudas disminuyen las tasas de internación de los casos. Las vacunas son buenas”, asegura el Dr. Eduardo López.
“Algunos creen que la pandemia terminó, pero hay que seguir vacunando. La tercera dosis es fundamental para combatir la variante Ómicron. Incluso para la Pfizer. Falta vacunar al 60% de la población con ese refuerzo. Es fundamental inmunizar a la mayor cantidad posible de la población antes de que llegue el invierno”. No hay que olvidar que Argentina llegó a tener un muerto cada ocho minutos. Tristemente estamos entre los primeros 14 países por más muertes por millón de habitantes.
“Si la COVID-19 se transforma en una endemia, se tendrá que vacunar periódicamente ya que la curva de anticuerpos comienza a disminuir a los seis meses. La vacuna de menor eficacia es la del virus inactivado”, explica el especialista.
UCRANIA Y FUTUROS BROTES DE COVID
“El escenario de una guerra siempre es terrible y genera una situación sanitaria extrema. A las precarias condiciones de
vivienda, alimentación e higiene, se sumarán los casos de COVID. Ucrania tiene un bajo índice de vacunación. El hacinamiento en los refugios subterráneos, en malas condiciones generales, poca ventilación y clima frío favorecerá los brotes de
la enfermedad. La migración hacia las fronteras llevará, también, los casos a países limítrofes”.
CONSEJOS PARA LOS NUEVOS MÉDICOS |
- Ante todo, es importante entender que la medicina
es una vocación y no una profesión.
- Siempre, siempre, tratar a los pacientes como a uno
le gustaría que lo trataran.
- Nunca tener miedo de decir que uno no sabe pero
puede hacer una consulta al respecto.
- Recordar la máxima en medicina, la expresión latina: Primum non nocere, lo primero es no hacer daño.
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María Inés Soldano Deheza. La pandemia no terminó, hay que seguir vacunando. Revista Conexión Andrómaco N° 43, 12 - 16 (2022)
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