Primera presidenta mujer en la Sociedad Argentina de Pediatría, personalidad destacada por la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires, asesora de la Organización Panamericana de la Salud y de Unicef, incansable defensora de los derechos de la mujer y de la lactancia materna, comparte sus experiencias.
“Vengo de una familia muy solidaria. Mi madre española me educó con la visión de una persona del campo, que siempre cocinaba de más por si llegaba alguno que tuviera que quedarse”.
María Luisa transcurrió su infancia durante la segunda guerra mundial y afirma que en Buenos Aires se hacía mucho por los soldados. “Juntábamos ropa, calzado, hasta el aluminio de los envoltorios de las golosinas se llevaban a la misión inglesa que estaba en San Telmo”, recuerda. Esa educación le despertó la necesidad de velar por el bienestar del otro. Ya en su adolescencia tenía vocación por la psicología, pero como no existía la carrera en esa especialidad ingresó en medicina.
Estudió en la Universidad de Buenos Aires y comenzó ejerciendo la clínica médica junto a excelentes profesores como el Dr. Munist. Trabajó incansablemente en varios hospitales haciendo practicantados y guardias. Esos años le mostraron que la medicina clínica le proporcionaba tarde los pacientes, cuando ya tenían los pulmones en mal estado por el asma o los riñones dañados por la cirrosis. Paralelamente, reflexionaba sobre el tiempo que demoraban los tratamientos psicológicos, que promediaban las cuatro horas por semana durante diez años. “Eso me angustiaba y yo pensaba a cuántas personas voy a poder ayudar en mi vida”.
La Dra. Ageitos observó que en pediatría se hacía prevención de accidentes y el área de vacunas avanzaba disminuyendo enfermedades desde los primeros años del niño. En síntesis, “había cosas que uno podía hacer y que duraban para toda la vida”. Entonces, dejó de lado la idea de seguir psicología y se presentó en un concurso en el Hospital Pedro de Elizalde, ex Casa Cuna. Allí inició su compromiso por la infancia.
MEDICINA EN TIEMPOS DE HOMBRES “SIEMPRE FUI PELEADORA Y ACEPTÉ LOS DESAFÍOS”
Durante sus años como universitaria ingresó en el Hospital Churruca. Eran solo dos mujeres en todas las guardias. “Teníamos que trabajar el doble para ser consideradas como los hombres. Pero nunca me achiqué. Defendí los derechos de la mujer toda mi vida. No me parecía justo bajar la cabeza por ser mujer”.
Portadora de una energía inagotable, trabajaba tanto en el Hospital Churruca como en el Pedro de Elizalde. Entre los dos establecimientos hacía tres guardias por semana de veinticuatro horas cada una, y un domingo de por medio. Las dejó cuando se casó con el Dr. Mario Gutierrez Leyton y tuvo a sus dos hijos, Pablo Javier y Marina Ximena. El apoyo de su familia le permitió seguir en la actividad, desempeñar cargos docentes y participar en innumerables comisiones a lo largo de toda su carrera. “Mi madre me ayudó muchísimo a cuidar a mis hijos. Mi marido también. Hace veintidós años que falleció y todavía lo sigo extrañando. Fue un gran compañero, y compartimos la profesión ya que él era médico sanitarista y pediatra”.
“Cuando me dieron el reconocimiento en la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires yo dije que lo que más tenía que hacer era agradecer. Agradecer por haber podido hacer lo que me gusta. Siempre pienso en las personas que tienen que ir a trabajar ocho horas en algo que no les gusta. Es como consumir el tiempo de su vida, es un castigo. Yo siempre hice lo que me gustó”.
"Tenía que trabajar el doble para ser considerada como los hombres. Nunca me achiqué. Defendí los derechos de la mujer toda mi vida". |
PRIMERA PRESIDENTA MUJER EN LA SOCIEDAD ARGENTINA DE PEDIATRÍA
Aconsejada por quien fuera su Jefe en la Ex Casa Cuna, el Dr. Nocetti Fasolino, excelente profesional, se afilió a la Sociedad Argentina de Pediatría desde muy joven. Pasaba muchas horas en la biblioteca de la sede buscando bibliografía para complementar sus estudios. De espíritu gregario, la doctora que aún asiste diariamente a la Sociedad, participó a lo largo de su extensa carrera en el armado de los comités de salud pública, de educación para la salud, y de estudios fetoneonatales. Su participación activa la llevó a ser nombrada Presidenta de la institución en 1993. Como primera mujer en ese cargo tomó el desafío y lo superó aportando numerosas iniciativas valoradas por sus pares y que se siguen manteniendo. Hoy desempeña el cargo de Vicepresidente de Fundación Sociedad Argentina de Pediatría - FUNDASAP.
"Argentina es una de las pocas naciones que se acogió a la norma de cobertura sin costo para el paciente con VIH, tanto de las drogas como las fórmulas para alimentar a los bebés". |
LA SALUTECA
“Durante mi gestión, desarrollé algo que fue pionero en el ámbito de la educación para la salud. Lo llamé La saluteca”, cuenta. Cuando los vecinos o la escuela del niño le pedían al médico que fuera a dar una charla de salud, era frecuente que el profesional no contara con materiales didácticos e ilustrativos para acompañar sus palabras. Es por eso que desde la SAP realizaron una serie de diapositivas que constaban de una selección de dibujos y textos sobre temas de interés para la comunidad. El set se vendía a un precio muy accesible para el profesional que lo adquiría y lo guardaba para los encuentros.
LA LACTANCIA Y LA MORTALIDAD INFANTIL
"Los índices que estudian la mortalidad infantil registran la mayor cantidad de fallecimientos durante el primer mes del bebé. Esto se debe, en general, a las infecciones que contraen los recién nacidos que se encuentran hospitalizados, como por ejemplo, la enterocolitis necrotizante. En este caso, la lactancia es un factor de prevención importantísimo para disminuir las probabilidades de muerte. Hay estudios que muestran que el riesgo de los bebés alimentados con leche humana en comparación con leche animal es de uno en siete”, concluye.
EL PRONAP
En el año ´86, a través de un trabajo de campo para una maestría, la Dra. Ageitos, actualmente Directora del Programa Nacional de Actualización Pediátrica a distancia de la Sociedad Argentina de Pediatría – PRONAP, observó que muchos profesionales que vivían lejos de la capital no asistían a los cursos de actualización de la sociedad. “Las mujeres menos, ya que los encuentros se hacían entre las 19 y las 20 y ellas tenían que quedarse en su casa, como se dice comúnmente, para revolver la polenta”, enfatiza. Era notorio en el caso de las médicas que cuando formaban su familia se iban quedando atrás en la carrera académica. Entonces comenzó a imaginar un sistema de educación a distancia que recién pudo implementar en el año ´93. Desarrolló un curso en papel, que ya lleva veintitrés años, con módulos que se envían al domicilio de los inscriptos y por los cuales tienen que rendir un examen cuando finaliza el período. Los temas se renuevan anualmente y se eligen según los avances médicos, las actualizaciones o los intereses de los profesionales.
Cabe destacar que en sus comienzos el setenta por ciento de los participantes eran mujeres. Con el correr de los años, y dado los avances de la tecnología, la SAP sumó cursos online pero sin abandonar el esquema impreso, ya que las madres leen el material de estudio incluso cuando llevan a sus hijos al dentista, danza o fútbol.
Durante su paso como Presidente de la Sociedad Argentina de Pediatría, la doctora logró abrir la subcomisión de lactancia materna, una de sus especialidades.
LA LACTANCIA MATERNA, UNO DE SUS AMORES
En el año ´70, leyendo un artículo sobre lactancia materna en las Clínicas Pediátricas Norteamericanas tomó conciencia de su importancia y lo poco que sabía. “Fue como el título de la pelí- cula Darse Cuenta”. Hice un insight, como dicen los psicólogos y comencé a estudiar. Quise reparar el daño que había hecho cuando le aconsejaba a las madres que le dieran la teta, pero que si no tenían leche utilizaran una medida en treinta de fórmula”, enfatiza.
Su especialidad en Salud Pública la impulsó a difundir la lactancia materna como parte de la medicina preventiva, y para citar un ejemplo menciona las campañas favoreciendo el amamantamiento como recurso para combatir la epidemia de obesidad y las patologías cardiovasculares en Estados Unidos.
Por otra parte, Ageitos, que ha sido consultora de la Organización Panamericana de la Salud, y sigue siendo asesora de Unicef, y del Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo, sostiene la importancia de facilitarle a la mujer que trabaja la posibilidad de continuar con la lactancia materna, e invita a todas las empresas a instalar un lactario en donde las madres puedan extraerse leche en un ámbito privado e higiénico, evitando hacerlo en un baño que no es un lugar apropiado.
LACTANCIA MATERNA Y HIV
La doctora sostiene que el argentino suele ser muy crítico con su país, y que le cuesta reconocer las buenas iniciativas gubernamentales. Para ilustrarlo cuenta que los contagios verticales de HIV, o sea de madre a hijo, están disminuyendo como consecuencia de los controles prenatales y los tratamientos gratuitos otorgados por el Ministerio de Salud de la Nación. Argentina es una de las pocas naciones que se acogió a la norma de cobertura sin costo para el paciente, tanto de las drogas como las fórmulas para alimentar a los bebés.
CUANDO LA MAMÁ NO QUIERE O NO PUEDE AMAMANTAR A SU HIJO
La Dra. Ageitos afirma que siempre hay que acompañar a la madre en su decisión. Si no quiere amamantar a su hijo, no se la puede forzar, hay que respetarla. Pero lo importante, continúa, es que decida informada. Que sepa los beneficios y los riesgos de no amamantar a su hijo. “Muchos dicen, ¿para qué le vas a decir los riesgos? La vas a acomplejar. Bueno. Lo mismo pasa cuando una mamá quiere llevar a su hijo en el asiento delantero del auto. ¿Qué vamos a hacer como pediatras?, ¿le vamos a ocultar los riesgos para que no se ponga nerviosa? No amamantar al hijo es un riesgo y es honesto decírselo. Ciertas mujeres no pueden porque tienen inhibiciones psicológicas. Entonces hay que ayudarlas a que alimenten a su hijo lo mejor que puedan”. Y recomienda mantener el contacto físico y visual del niño cuando lo alimenta con un biberón alzándolo en brazos para fortalecer el vínculo.
A medida que avanzan las investigaciones médicas, la lista de contraindicaciones para la lactancia materna disminuye. Los profesionales deben informarse y estar atentos a las consultas de las madres. Son muy pocas las enfermedades que impiden la lactancia materna. La primera es la mujer con trastornos mentales graves, como una psicótica que puede ser violenta con su bebé. También está contraindicado en pacientes con cáncer recetado con drogas mayores.
“SOMOS PEDIATRAS EN UN MUNDO HOSTIL PARA LA INFANCIA”
La influencia de los medios de comunicación y el bombardeo permanente de la sociedad de consumo los hace percibir todo lo que no tienen, generando un efecto negativo. El niño debería estar protegido a toda esa agresión.
Por caso, atenta directamente sobre la epidemia de obesidad. Las publicidades de alimentos y bebidas hipercalóricos debieran estar prohibidas. Lo mismo que las campañas de cerveza que impactan directamente sobre los adolescentes con sus mensajes de reunión de amigos y diversión. Así es como está aumentando la incidencia del alcoholismo en este segmento de la población.
UN MENSAJE A LAS MÉDICAS
“La medicina se está feminizando. A las mujeres les diría que sigan su carrera, defiendan sus derechos y que cuando tengan un lugar de conducción, que no lo ejerzan como un hombre. Que no se masculinicen. Hay una biología que manda y que no se puede ocultar. Que pongan las cosas que tienen que ver con su ser femenino. Que promuevan los derechos de la mujer, y defiendan la maternidad y la lactancia”.
Editorial Conexión; La medicina con visión de mujer Revista Conexión Andrómaco N°26; 12-17; (2015)
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