El diagnóstico de las parasitosis intestinales se basa en la detección de huevos, larvas o parásitos adultos en las heces. El método más utilizado es el examen de materia fecal.
Para ello se necesita recolectar materia fecal, que es analizada en el laboratorio mediante un examen directo en el microscopio. Las muestras de heces recién eliminadas deben enviarse al laboratorio dentro de la hora siguiente; si no se examinan de inmediato, las heces deberían refrigerarse (no congelarse).
De ser posible, se deben recolectar múltiples muestras de heces recién eliminadas por la mañana, durante tres días seguidos o alternos, porque la eliminación puede variar. En algunos casos, como para identificar Strongyloides, es necesario recolectar muestras de heces todos los días, durante hasta siete días.
Para diagnosticar Enterobius (oxiuros) o Tenias, se buscan los huevos recolectados del área perianal sobre una cinta adhesiva transparente (tipo cinta “scotch”) o con un hisopo, a la mañana, antes de una deposición o del baño.
También pueden detectarse anticuerpos contra los parásitos en un análisis de sangre y, en algunos centros especializados, pueden incluso identificarse antígenos o pueden realizarse pruebas de ADN del parásito en sangre y/o materia fecal.
En casos especiales, el médico puede solicitar una colonoscopía o sigmoidoscopía para tomar muestras y examinarlas en el microscopio, si los síntomas son persistentes y los demás estudios son negativos.