Lo más importante es la prevención del contagio, debido a que la mayoría de las parasitosis intestinales puede prevenirse mediante:
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La eliminación higiénica de las heces domiciliarias.
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El lavado de las manos antes de las comidas y después de ir al baño.
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Mantener las uñas de las manos cortas y limpias.
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La provisión de agua potable.
- La limpieza minuciosa de frutas y verduras.
- La cocción apropiada de los alimentos, especialmente de las carnes.
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La limpieza profunda del cuarto de baño.
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Lavado de la ropa interior y de cama con regularidad y con agua caliente.
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Eliminar los insectos tales como moscas y cucarachas, que pueden tener contacto con materia fecal fuera de la vivienda.
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Desparasitar los animales domésticos.
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Evitar caminar descalzo en la tierra (algunos parásitos pueden ingresar al organismo desde la piel).
La falta de educación y las condiciones socioeconómicas desfavorables (falta de agua potable, hacinamiento, mala nutrición) se asocian con alta prevalencia de parasitosis.
No existen vacunas para prevenir las parasitosis intestinales.