La hidratación, clave para la piel en la diabetes

“A veces se acercan al consultorio diciendo ´me pica´ y lo que traen son lesiones de rascado por piel seca, una característica de la diabetes”, señala la doctora Ana María Rey (MN: 66513), médica dermatóloga. Debido a los altos niveles de glucosa en sangre y orina a causa de la disminución de la secreción de la insulina o deficiencia de su acción, esta enfermedad crónica ocasiona la pérdida de líquido (deshidratación) y, como consecuencia, la piel se reseca (xerodermia), siendo éste uno de sus malestares más comunes, entre otras manifestaciones cutáneas. Todas, además de envejecerla, provocan su adelgazamiento en edades prematuras.

Entre los síntomas de la diabetes se cuentan el aumento en la frecuencia y el volumen de orina, de la sed y del peso –aunque también puede haber pérdidas-, úlceras de cicatrización lenta, visión borrosa, fatiga, irritabilidad e infecciones frecuentes en la piel y mucosas.

Sobre las manifestaciones cutáneas de la diabetes, Rey, quien fue médica de planta del Servicio de Dermatología del Hospital General de Agudos Dalmasio Vélez Sarsfield y actualmente dirige la Residencia Geriátrica Aranguren S.A, enumera: “Además de la xerodermia, están el pie diabético, que se produce por atacar los vasos de los pies y por lo tanto no les llega irrigación suficiente; úlceras; dermatitis ocre purpúrica; micosis, que también pueden tenerla pacientes con otras enfermedades; infecciones bacterianas (porque la piel agrietada favorece el ingreso de bacterias que pueden provocarlas), ampollas y grietas; y acantosis bacterianas, granuloma anular y engrosamiento de la piel”.

Y comparte una muy buena recomendación sobre el pie diabético: usar, además de cremas y emulsiones, calzado cómodo y medias blancas, de modo que si se provocan lastimaduras, puedan apreciarse al tiempo en que se produzcan.

Glicación y antiglicantes

La glicación es una reacción espontánea de la glucosa sanguínea con las fibras dérmicas de colágeno y elástica. Altera la dermis y la flacidez, acelerando el proceso de envejecimiento de la piel. Y justamente, los antiglicantes son productos que se extraen de los vegetales, como el aceite de rosa mosqueta -arbusto silvestre de la familia de las rosáceas- o el castaño de Indias -árbol de origen asiático que pertenece a la familia de las Sapindáceas-, que tienen propiedades antioxidantes, y que otorgan la máxima hidratación a la piel, evitando la pérdida de elasticidad y la rigidez. Así, existen cremas y emulsiones que los combinan con urea (un compuesto químico cristalino e incoloro que aporta agua), vitamina A (retinol, esencial en procesos en los que hay mucha renovación celular), Vitamina E (alfa-tocoferol) y otros antiglicantes.

Cuando hablamos de diabetes solemos pensar en personas mayores, pero ¿qué sucede con las infancias que la transitan? “Pasa lo mismo”, sintetiza la doctora. Pueden aparecer, además, áreas oscuras en la piel, especialmente cerca del cuello, y también es bastante habitual que se presenten en las axilas.

Con diabetes, y sin importar la edad, se puede vivir plenamente la piel; la clave es cuidarla. La receta requiere constancia pero es sencilla: tomar agua para mantener la hidratación óptima y utilizar emulsiones o cremas hidratantes que den laxitud, tengan efectos antiglicante y disminuyan la resequedad para mantenerla sana.

Y siempre, ante cualquier duda, se debe hacer una consulta médica.