Reflexiones

Con motivo del 90° aniversario de Laboratorios Andrómaco

El valor de una empresa nacional

El valor de una empresa nacional
El mercado interno es el elemento esencial para lograr la primera fase de la expansión de la producción.

Una industria cuyos capitales económicos y humanos se invierten y progresan en el país forma un círculo virtuoso que genera investigación, trabajo, demanda y productos de calidad.

Sin dudas, una empresa nacional es un factor clave en el desarrollo del país, ya que su crecimiento implica más inversión, lo que se traduce en más empleo, más investigación y más tecnología para el propio territorio. Esto brinda, además, posibilidades de exportar productos y conocimiento, lo que implica, a su vez, sumar prestigio tanto para la empresa como para el territorio que le brindó las posibilidades de crecer.

Antes que nada, para que una industria prospere es importante que exista un mercado interno. La Argentina tiene un fuerte potencial de recursos naturales, por lo tanto se ha insertado en el mundo como un país tradicionalmente agroexportador casi por decantación. Esto podría traducirse en una gran ventaja: ¿acaso hay algo mejor que tener un suelo rico donde la vida florece en sus más diversas variantes? “El gran inconveniente es que la producción de materia prima es un sector que puede dar alimentos a 400 millones de personas pero no puede dar empleo a 40 millones de argentinos, de modo tal que es fundamental tener una industria propia, una industria que dé empleo y que permita, a su vez, consumir los productos propios”, explica el Licenciado en Economía Política y Doctor en Historia Mario Rapoport, Director del Centro de Investigaciones de Historia Económica y Social (CIHES) de la UBA, y del Instituto de Estudios Históricos, Económicos y Sociales e Internacionales (IDEHESI) del CONICET.

El mercado interno es entonces el elemento esencial para lograr la primera fase de la expansión de la producción. Si hay personas con capacidad económica de consumir, más posibilidades habrá entonces de propagar e instalar demandas de productos.

En segundo lugar: ¿por qué existe la necesidad de una industria nacional? “Acá se discute mucho el problema de la competitividad y creo que es un tema que está mal o poco desarrollado. La competitividad no sólo es ser más productivo en comparación con una productividad mayor o similar a la que tienen otros países o empresas: la productividad significa también estar más cerca de nosotros, estar arraigada en nuestros gustos, en nuestras necesidades y en algo tan importante y tan poco tangible como esencial: nuestra propia identidad. Como si fuera poco, a esto hay que sumarle el irreemplazable agregado de brindar empleo a los propios habitantes. La productividad tiene muchos aspectos virtuosos que van más allá de lo numérico”, dice Rapoport.

FÁBRICAS DE PROSPERIDAD

El progreso nacional se crea a base de industrias, de fábricas, de empresas que brindan empleo. La industria significa desde ya tener un saber previo, pero sobre todo se construye cuando se invierte en conocimiento e investigación. Un laboratorio tiene que captar cuáles son las necesidades de salud de la población y brindar una respuesta efectiva y de calidad. Para poder hacerlo es necesario tanto que existan de antemano saberes científicos como también fomentarlos. El mal de chagas, por ejemplo, afecta básicamente a nuestro país y por eso ha sido mayormente estudiado por científicos argentinos. “Tenemos nuestros propios temas o inconvenientes que son típicos de aquí y eso no lo van a investigar en Estados Unidos o Europa. No tenemos necesidad de todas las cosas que ellos hacen, hay algunas que no nos sirven para nada, o en todo caso nos sirven para quitarnos empleo”, reflexiona Rapoport. Es más, afirma que son muy pocos los países que albergan lugares como el CONICET, un semillero per se de desarrollo e innovación. “El único sistema de investigación científica similar al nuestro está en Francia. Ni siquiera Brasil tiene algo parecido. Es invaluable que haya investigadores que se dediquen exclusivamente a la investigación. Además, contamos también con los colegios industriales que son magníficos, no sé cómo se les habrá ocurrido liquidarlos en algún momento de nuestra historia. Estas instituciones son un capital muy rico propio de una sociedad con mucha y diferente inmigración”, dice el estudioso, que también señala que muchas, muchísimas industrias han sido fundadas por extranjeros que han venido al país con una mano adelante y otra atrás y han creado industrias nacionales que hoy en día son multinacionales.

COMPRAR NACIONAL, INVERTIR EN FUTURO

La ley 25.551, conocida como “Compre Trabajo Argentino” establece normas para priorizar compras de la industria nacional por parte del Estado Nacional, concesionarios licenciatarios y permisionarios de servicios públicos. Dicha ley indica que, dado que se usan recursos del Estado para abastecerse de insumos, a la hora de la compra deben tener prioridad los productos nacionales que cumplan con las especificaciones técnicas requeridas y cuyo precio sea comparable al de un producto importado equivalente.

La ley “Compre Trabajo Argentino” es una herramienta estratégica para fomentar la industria y el empleo en el país. De hecho existen leyes similares en países como Estados Unidos, Canadá y Japón.

INVERTIR PARA CRECER

A pesar de todos los vaivenes político - económicos de la Argentina, está demostrado que aquí pueden prosperar las industrias, que tenemos un gran capital humano, buena educación y buena salud, bases claves para cualquier tipo de crecimiento. Pero para ello también debemos tener empresarios que estén dispuestos a invertir y correr riesgos…riesgos que no son tanto, porque acá hay mercado interno, gente que va a consumir. “Eso es lo que deberíamos estar fomentando. Por supuesto que vamos a tener frenos de sectores que no quieren que tengamos determinada producción porque la hacen en el exterior y la quieren vender acá como un lugar de expansión, como un mercado cautivo”, advierte Rapoport, y sugiere que deberíamos proteger nuestra industria de la misma manera que Estados Unidos protege su agricultura. “Como Estados Unidos no puede competir con la Argentina en términos agrícolas, subvenciona a sus agricultores. Esa es su forma de protegerse”, explica. Y subraya que no podemos ser un país exclusivamente agrario porque ningún país agrario logró ni logra ser potencia en el mundo. “A nosotros nos vendieron que éramos el granero del mundo, que éramos la sexta potencia de la Tierra; eso es una mentira. Los países que se hicieron grandes hoy son países estrictamente industriales donde lo agrario es complementario; por lo tanto hay que pensar que es preciso invertir con la cabeza, con la ciencia y con la tecnología.

“La productividad tiene muchos aspectos virtuosos que van más allá de lo numérico”.

CIENCIA Y TECNOLOGÍA, BASES DEL DESARROLLO

Según el documento “Escenario y perspectivas de la industria farmacéutica nacional 2016-2018” elaborado por la Cámara Industrial de Laboratorios Farmacéuticos Argentinos (CILFA), Argentina es uno de los pocos países del mundo cuyos laboratorios de capitales nacionales tienen una presencia y participación en su mercado interno superior a la de los laboratorios extranjeros. Esto, además, dentro de un contexto en el que se asegura un adecuado abastecimiento de medicamentos elaborados con normas de calidad internacional y a precios accesibles. Situación que solo se equipara con países como Japón, Estados Unidos, Alemania y Suiza. En nuestro país, los laboratorios farmacéuticos de capital nacional detentan el 66% de las unidades vendidas en el mercado y el 60 % de la facturación del sector. Las firmas de capital extranjero comercializan el 34 % de las unidades vendidas y el 40 % de las ventas en valores. Las mismas se caracterizan por ser filiales de multinacionales, en general norteamericanas, alemanas o suizas.

Además, por la propia característica de la industria farmacéutica, genera empleo de alta calidad, fomenta la investigación y el desarrollo y la defensa de la propiedad intelectual de patentes de medicamentos. De acuerdo a datos de la Unión Industrial Argentina (UIA), este es un sector industrial que cuenta con más de 38 mil puestos directos de alta calificación y 100 mil indirectos; por lo tanto debe ser considerado estratégico para los intereses nacionales.


Editorial Conexión; El valor de una empresa nacional Revista Conexión Andrómaco N°31; 26-29; (2016)

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